
fue el primer patrimonio con el que José Luis Birke,
descendiente de inmigrantes alemanes y Tiglat Montecinos,
hijo de agricultores de Máfil iniciaron en 1976 la hoy
reconocida marca Entrelagos.
La calle General Lagos acogió a estos emprendedores que, en el afán de mantener la tradición chocolatera de la ciudad, iniciaron con esfuerzo y el vigor de la juventud una de las marcas que hoy le dan identidad a Valdivia.
Los iniciales 10 kilos de calugas vendidas entre amigos, sin marca y hechas en un galpón de no más de 50 mts2, se fueron multiplicando gracias a su calidad y sabor artesanal, hasta lograr el reconocimiento que hoy chilenos y extranjeros le brindan a Entrelagos.
Chocolateros holandeses, catalanes y argentinos dejaron sus conocimientos en esta primera fábrica. Estos conocimientos más el aprendizaje de los viajes por ciudades chocolateras, les dio el impulso para que 1978 abrieran la emblemática tienda.
El mismo lugar que los vio nacer hoy, nos recibe las mejores coberturas del mundo, mezclados con frutos del bosque valdiviano, como arándanos, avellanas o murta.La preocupación por cada detalle y la profunda convicción de
que se fabrica cada pieza de chocolate, conserva y pastelería, con
esmerada dedicación es que la tradición se mantiene intacta como
el día que los vio nacer.







